La crisis sanitaria derivada de la pandemia ha generado cambios en los modelos productivos tradicionales, lo cual es muy positivo para emprender, ya que crea nichos de negocios en espacios que estaban monopolizados o atendidos por grandes corporaciones. La pandemia ha permitido explorar espacios que antes eran ajenos a los emprendedores, especialmente en lo referido al e-commerce o comercio electrónico. Es decir, la crisis mundial ha consolidado aquello que solo era posible en la ciencia ficción, por ejemplo, la comunicación en línea en tiempo real y de manera simultánea con decenas de personas, lo cual hizo llevadero el confinamiento impuesto por los gobiernos en todos los países. Por tal motivo, entre las empresas con mayor rentabilidad en el año 2020, están las empresas de comunicaciones, las cuales tuvieron que reinventarse y hacerse más competitivas para lograr una mayor participación en el mercado.
El ejemplo anterior solo sirve para ilustrar que quedarse en casa puede ser productivo. Es el caso por ejemplo de Altagracia, quien antes de la pandemia preparaba ricos bizcochos, pero su degustación estaba reservada únicamente a celebraciones muy puntuales, tales como: aniversarios, cumpleaños o algún evento familiar que así lo requiriera, por lo que, jamás pensó que lo que constituía un pasatiempo, se convertiría en su medio de generación de ingresos y pasaporte a la independencia económica, ya que a raíz del distanciamiento social, quedó sin empleo, pero gracias al estímulo de sus familiares convirtió su hobbie en un emprendimiento. Fue así como surgió Altagracia Candy Store, un emprendimiento que surgió cuando esta joven dominicana venció su miedo al fracaso y encontró la ruta correcta, empleando su conocimiento y los recursos a su alcance: un poco de creatividad, las redes sociales y lo demás fue llegando como consecuencia de su dedicación, esfuerzo y disciplina. Un negocio iniciado en casa, con una estructura básica del comercio electrónico.
También está el caso de Raymon, quien es un destacado profesor, quien encontró en la pandemia una opción para crecer económicamente, ya que, al decretarse el distanciamiento social, buscó una alternativa para generar ganancias en su tiempo libre, debido a que sus ingresos mermaron, porque la institución para la que trabaja, redujo su jornada laboral y en consecuencia, disminuyó su salario. Sin embargo, en lugar de quejarse, Raymon aprovechó sus conocimientos académicos para ofrecer su asesoría de tesis en línea, lo cual le abrió una puerta para nivelar sus ganancias y hacerle frente a la crisis familiar generada por la pandemia, causada por la reducción de su salario. Hoy, este docente, explora la posibilidad de formalizar su propio instituto de formación y estudia la idea de renunciar a su empleo para emprender un negocio, cuya idea siempre contempló, pero por la incertidumbre, nunca se atrevió a concretar.
Por otro lado, es muy cierto que no todos los emprendedores corren con la suerte de Altagracia y Raymon. No obstante, el consejo para todo el que desee abrirse camino con un negocio propio es analizar su habilidades y destrezas, para luego identificar de qué modo puede ofrecer un producto o servicio que sea útil a sus potenciales clientes. No piense en el producto, imagine resolver la necesidad insatisfecha del cliente, lo que implica realizar un sondeo en el mercado, en el que debe identificar a quien ofrecer el producto o servicio. Incluso, puede hacer una prueba piloto a ver cómo funciona. Luego, determine los costos de producir el bien o servicio, tiendo en cuenta los productos similares que ofrece la competencia. Los cálculos de costos deben ser realistas y sostenibles. En su planificación, incluya quienes serán sus suplidores y verifique su permanencia en el tiempo. Cree una red de posibles compradores, conformado por familiares, amigos y vecinos. Sea optimista, perseverante, motívese, enfrente sus miedos, busque colaboración en otras personas y de ser necesario busque socios y se dará cuenta que el mejor momento para emprender es ahora.